PATOLOGÍAS CONSTRUCTIVAS

La industria de la construcción es un pilar fundamental en el desarrollo de sociedades modernas, pero no está exenta de desafíos. Entre estos desafíos se encuentran las patologías constructivas y los procesos patológicos, fenómenos que pueden afectar la integridad y durabilidad de las estructuras. En este artículo, exploraremos las causas, consecuencias y posibles soluciones para abordar estos problemas en el sector de la construcción.

La palabra «patología» tiene su origen en el griego antiguo. Se deriva de dos términos griegos: «pathos» y «logia», que podemos definir como el estudio de las enfermedades. Por extensión, las patologías constructivas se refieren a anomalías, defectos o problemas que afectan a las edificaciones, comprometiendo su funcionalidad, seguridad y estética. Estas patologías pueden manifestarse de diversas maneras, desde grietas en las paredes hasta problemas más complejos como el colapso estructural.

Se entiende por lesiones cada una de las manifestaciones de un problema constructivo, es decir, el origen del proceso patológico. Estas lesiones pueden aparecer de forma muy diversa, en función de la naturaleza de los materiales y técnicas constrictivas utilizadas. Podemos englobarlas en tres grandes grupos:

• Lesiones físicas. Aquellas producidas por fenómenos físicos, tales como heladas, condensaciones, etc. y cuya evolución también depende de estos procesos físicos.
• Lesiones mecánicas. Aunque este tipo de lesiones podían estar recogidas dentro de las lesiones físicas, al ser consecuencia de acciones físicas, se consideran un grupo independiente dada su importancia. En las lesiones mecánicas predomina el factor mecánico que produce desgastes, aberturas, movimientos, separaciones de materiales o elementos constructivos. Englobamos dentro de estas lesiones las deformaciones, grietas, fisuras, desprendimientos, etc.
• Lesiones químicas. Este tipo de lesiones son las que se producen a partir de un proceso patológico de origen químico, aunque no tenga relación con los restantes procesos patológicos y correspondientes lesiones. Su origen suele deberse a la presencia de sales, ácidos o álcalis que reaccionan y provocan descomposiciones, llegando a afectar a la integridad de los materiales, reduciendo su durabilidad. Englobamos dentro de estas lesiones las eflorescencias, oxidaciones, corrosiones, organismos y erosiones.

La causa del origen de la lesión debe ser el primer objeto de estudio, pues la patología constructiva no se resolverá hasta que anulemos la causa, apareciendo nuevamente con el paso del tiempo. Las principales causas son las siguientes:

• Directas. Cuando son el origen inmediato del proceso patológico, como los agentes atmosféricos, la contaminación, etc.
• Indirectas. Cuando se basan en errores de ejecución o diseño.

Las causas de las patologías constructivas son variadas y a menudo están interrelacionadas. Algunas de las principales razones incluyen:

• Deficiente diseño estructural. Un diseño estructural inadecuado puede resultar en la concentración de tensiones, sobrecargas y desequilibrios, contribuyendo al deterioro de la estructura con el tiempo.
• Materiales de baja calidad. La utilización de materiales deficientes o la incorrecta aplicación de los mismos puede ser una fuente de patologías constructivas. La corrosión de metales, la degradación de concreto y la falta de resistencia de los materiales comprometen la integridad de la construcción.
• Errores de construcción. La ejecución incorrecta de los procesos constructivos, como el vertido de concreto, la soldadura o la instalación de componentes estructurales, puede dar lugar a patologías. Estos errores pueden ser el resultado de la falta de capacitación del personal o la negligencia en el cumplimiento de estándares de construcción.
• Condiciones ambientales. Factores climáticos como la exposición a lluvias intensas, ciclos de congelación y descongelación, así como la acción del viento, pueden acelerar el proceso de deterioro de las estructuras.
• Falta de mantenimiento. La falta de mantenimiento regular puede permitir que pequeños problemas se conviertan en patologías más significativas con el tiempo. La detección temprana y la intervención adecuada son esenciales para prevenir complicaciones.

Los tipos más comunes de patologías constructivas son las siguientes:

• Grietas estructurales. Las grietas en las estructuras pueden deberse a diversos factores, como movimientos del suelo, asentamientos diferenciales, sobrecargas o fallas en los materiales.
• Corrosión de armaduras. La exposición a ambientes corrosivos puede provocar la degradación de las armaduras de refuerzo en las estructuras de concreto, comprometiendo su resistencia y durabilidad.
• Problemas de cimentación. La cimentación inadecuada o deficiente puede resultar en asentamientos desiguales, inclinación de estructuras y daños a las superestructuras.
• Fisuración en fachadas. Factores estéticos también son importantes. Las fisuras en las fachadas no solo afectan la apariencia, sino que también pueden permitir la entrada de agua y causar daños adicionales.

Las patologías constructivas pueden tener consecuencias significativas, que van más allá de los costos de reparación. Estas incluyen:

• Riesgos para la seguridad: Estructuras debilitadas aumentan el riesgo de colapsos, poniendo en peligro la vida de quienes ocupan o trabajan en esos espacios.
• Devaluación de propiedades: Las edificaciones afectadas por patologías constructivas tienden a perder valor de mercado, ya que los compradores potenciales pueden verse desalentados por la perspectiva de costosas reparaciones.
• Impacto ambiental: La demolición y reconstrucción de estructuras afectadas contribuyen al desperdicio de recursos y al impacto ambiental negativo.

Las principales formas de abordar las diferentes patologías constructivas, son las siguientes:

• Inspecciones Regulares. La realización de inspecciones regulares permite detectar problemas en una etapa temprana, permitiendo intervenciones preventivas.
• Uso de Tecnologías Avanzadas. La implementación de tecnologías como sensores estructurales, monitoreo por imágenes y análisis de datos puede proporcionar información valiosa sobre la salud estructural en tiempo real.
• Materiales Innovadores. La búsqueda y aplicación de materiales más resistentes y duraderos contribuyen a la prevención de patologías constructivas.
• Formación y Certificación. La formación adecuada del personal de construcción y la certificación de procesos constructivos son fundamentales para minimizar errores.
• Mantenimiento Preventivo. La implementación de programas de mantenimiento preventivo ayuda a preservar la integridad de las estructuras a lo largo del tiempo.

La prevención y gestión de patologías constructivas son elementos esenciales para garantizar la seguridad y durabilidad de las edificaciones. La colaboración entre profesionales de la construcción, ingenieros estructurales y autoridades reguladoras es crucial para establecer y hacer cumplir estándares que minimicen los riesgos asociados con estas patologías. En última instancia, la inversión en la calidad desde el diseño hasta la construcción y el mantenimiento es esencial para construir un futuro más seguro y sostenible en el sector de la construcción.

Cabe destacar que algunos de los procesos de licitación incluyen la rehabilitación de edificios cuyas patologías constructivas son muy evidentes y cuya subsanación será cable para el futuro del inmueble. Es importante incluir en la memoria técnica un buen análisis de las distintas patologías que se detecten, aportando soluciones que ayuden a la mejora del mismo. Para ello, será de vital importancia la visita a la zona de obra por parte de un técnico especialista en patologías. Desde ALMA INGENIERÍA disponemos de los medios necesarios para ello, realizando un análisis y estudio completos dentro de las licitaciones que presentamos.

Puedes echar un ojo a nuestro anterior post pinchando aquí: https://almaingenieria.es/cimentacion-por-pilotes-in-situ